El viernes, tras las acreditaciones y saludos, tuvo lugar la tertulia “Toda una Vida” en la que Migueli Marín y Fermin Negre (IXCIS), dos referentes en la música católica de nuestro país, compartieron su testimonio, ambos cargados de una intensa autenticidad y una emotividad entrañable. Se cerró la noche con los ojos puestos en María mediante una oración guiada por Antonio Mata.
Al día siguiente, y tras la Eucaristía matinal y el desayuno, se iniciaron las ponencias y talleres. La primera de ellas, bajo el título “Evangelizando”, corrió a cargo de d. Arturo Ros, obispo auxiliar de Valencia. Citando a Francisco, quiso destacar que “todas las expresiones de verdadera belleza pueden ser reconocidas como un sendero que ayuda a encontrase con el Señor Jesús” (EG 167). Así pues, animó a tomar conciencia de las posibilidades y exigencias de evangelizar desde la música e invitó a poner en juego los dones y talentos puesto que “si es cosa de Dios va hacia fuera.”
Posteriormente, Pedro Sosa, médico y cantautor, tomó la palabra (y su guitarra) para desarrollar la segunda ponencia “Cantautor: letra y música”. De manera atrayente, y en algunos momentos provocadora, expresó la necesidad de “salir en busca de la gente que no ha puesto nombre a la realidad que lo habita”, constatando que “hay mucha música católica para católicos y muy poca música católica para quien no lo es”. Pedro, acostumbrado por su oficio y vocación a conjugar con sus manos palabras de consuelo, de muerte y de vida, reclamó la “urgencia de despertar conciencias en este mundo” para acabar citando a Leclerc y concluir que “evangelizar es mostrarle al otro la parte de sí mismo que no necesita ser salvada”.
La tercera ponencia, primera de la tarde, se centró en “Promoción y distribución digital”. Andrés Cabanes, experto en comunicación musical y marketing, en cuyo curriculum figura haber trabajado entre otros con grupos como Vestusta Morla, compartió algunas claves para posibilitar una mayor y mejor difusión de la música católica contemporánea.
A continuación, y de manera rotativa se realizaron los talleres “Técnica Vocal y anatomía aplicada al canto” y “¿Mis actuaciones evangelizan?” a cargo de Miguel Ángel Mota, cantante y actor profesional, y Rogelio Cabado, cantautor.
Antes de la cena hubo ocasión de descubrir y conocer la música y los dones de aquellos que asistían por primera vez en el encuentro, con especial atención a aquellos participantes más jóvenes, siendo este un momento de mucha riqueza creativa y talento.
Por la noche, unidos en adoración ante el Santísimo, se celebró una Vigilia de oración. Animada con cantos de los propios participantes en el encuentro, se sucedieron treinta y cuatro intervenciones.
El domingo se celebró la última de las ponencias. Raúl Tinajero, director del Departamento de Juventud de la CEE, habló de manera apasionada y con hondo conocimiento acerca de los “Jóvenes: música y evangelización. El Sínodo”. En ella insistió en la necesidad de la comunión y la esperanza, una esperanza en el presente que sea capaz de conectar con el lenguaje de los jóvenes. Recordó a todos que la tarea evangelizadora, también la de quienes hacen música católica, comienza desde la conversión personal del agente de pastoral, y de ahí a la misión.
Tuvo lugar, en el marco de este encuentro, la entrega de los I Premios “Spera”, que con distintas categorías, vinieron a reconocer lo mucho y bueno que se está haciendo en España desde la música católica contemporánea. Entre los premiados destacó de manera singular, por lo justo y emotivo del mismo, la entrega del premio de honor a toda una vida a Vicente Morales, padre y fundador de Brotes de Olivo.
Acabó el Encuentro con la Eucaristía de Envío y con el anuncio de fecha para los días 10 al 12 de mayo de 2019 del que será el V Encuentro de Músicos Católicos Contemporáneos.